Las tecnologías del aprendizaje son herramientas para facilitar la enseñanza de un tema a un determinado grupo de estudiantes, esto sucede gracias a la facilidad y flexibilidad que cada uno otorga.
En este mundo globalizado, los adelantos tecnológicos y científicos ocurren con vertiginosa velocidad y, por ende, la necesidad de adquirir los conocimientos para una mejor convivencia y calidad de vida. La humanidad, entre el tránsito del siglo pasado y el actual, ha desarrollado múltiples tecnologías informáticas que innovan velozmente los procesos educativos, con la oferta de un mayor poder de información notables avances enriquecedores en los procesos educativos apoyados con las tecnologías.

Algunas de las estrategias, técnicas o recursos que pueden utilizarse en el aula y propiciar aprendizajes significativos son, en entre otras, las siguientes: las redes sociales (Facebook, Twitter, LinkedIn, etc.), aprendizaje por proyectos, mapas conceptuales, búsqueda de información, debates (foros, blogs, e-books, chats, video conferencias, etc.), redes de conceptos, solución de problemas, ensayos, gestor de proyectos, la programación y robótica educativa, la realidad aumentada y geolocalización, Impresión y modelado en 3D. Gamificación y Videojuegos educativos, Plataformas de aprendizaje: Moodle, Chamilo, Edmodo, entre otras. Estas deben ser aprovechadas por todos los docentes analizando sus ventajas y desventajas para expandir el conocimiento y, por consiguiente, para analizar, comprender, representar y resolver problemas complejos y la búsqueda de la interrelación teoría-práctica y desarrollo del pensamiento crítico.
Las TAC son estrategias que favorecen la construcción del conocimiento mediante procesos orientados hacia la resolución de problemas, interpretación, argumentación y análisis. Desde esta perspectiva, se plantea la importancia que tiene para el docente conocer el alcance y significado de su aplicación en el aula, dando un salto paradigmático del concepto tradicional de las TIC como medios de obtener información, con el fin de que los estudiantes alcancen procesos de aprendizaje significativos y metacognitivos.
El planteamiento de las TAC busca distinguir a las tecnologías digitales que tienen la capacidad de representar los fenómenos de nuevos modos, instrumentar nuevas formas de acción y de experimentación, y por ello permiten enriquecer las experiencias de aprendizaje en cualquier modalidad.
Cabe resaltar que las TAC y las TIC son las mismas tecnologías: su potencial educativo reside en la forma en que se usan, no en sus atributos o su naturaleza. Dado este hecho y que existe una amplia producción científica sobre integración de TIC en educación, se recomienda preferir TIC en vez de TAC.
Las tecnologías de aprendizaje y del conocimiento son parte fundamental de los ambientes digitales de aprendizaje, están presentes en su desarrollo, en sus contenidos y sus productos, con elementos didácticos que les brindaran a los alumnos oportunidad de obtener nuevos conocimientos, así como desarrollar sus habilidades y actitudes. De igual manera los facilitadores encuentran en ellas una infinidad de materiales que pueden incorporar en el diseño de recursos de enseñanza y en las actividades de aprendizaje de sus alumnos.
Vivimos en una época en la que las escuelas, universidades, bibliotecas y museos están
cargados de dispositivos, plataformas y aplicaciones digitales, por lo que se hace poco
posible imaginar el futuro de la educación sin que las tecnologías digitales se encuentren ,
en el centro de cada actividad. De lo que se trata, quizás, es encontrarle sentido a la
tecnología en la educación.
De este modo, se hace indispensable abrir un espacio de
indagación y reflexión respecto de las suposiciones dominantes en el ámbito escolar, para
determinar cuáles son los beneficios de la inclusión de la tecnología en las prácticas
pedagógicas y cuáles no lo son.
El movimiento que ha generado el empleo de las tecnologías en las prácticas educativas,
desarrolló aportes y conocimientos en torno a ellas como las tecnologías del aprendizaje y
el conocimiento (TAC), las tecnologías del empoderamiento y la participación (TEP) y los
nuevos modos de gestión del conocimiento.

Asimismo, instaló en los especialistas un
debate alrededor de la pregunta ¿qué se entiende por aprendizaje en los tiempos
modernos? Aunque se lo menciona permanentemente a través de diferentes acepciones
como por ejemplo: “aprendizaje mejorado por la tecnología”, “aprendizaje conectado”,
“aprendizaje en red”, etc., la verdadera naturaleza y las formas del aprendizaje son
cuestiones que se han omitido en las discusiones sobre educación y tecnología.
Aún ante las continuas referencias al aprendizaje personalizado, al aprendizaje auténtico,
al aprendizaje situado, al aprendizaje colaborativo, etc., no hay gran consideración
respecto de lo que realmente significa el aprendizaje ¿cómo pueden los docentes estar
seguros de que se está produciendo y cómo podríamos afirmar que se promueve el
aprendizaje en los contextos digitales? La propuesta al planteo, intenta reconstruir la
pregunta que busca determinar cómo A impacta B, centrando la atención en comprender,
de qué manera un conjunto de procesos y contextos determinados, inciden en la
posibilidad de que un sujeto (o un conjunto de ellos) pueda construir nuevos
conocimientos socialmente relevantes.
Lo antes expuesto evidencia cierta necesidad de reflexionar sobre ¿cómo hacer para
pasar de poner el foco en los dispositivos a desarrollar la capacidad de creación de
conocimiento apoyado en diferentes tipos de instrumentos tanto analógicos como
digitales? Este interrogante apunta a pensar en un aprendizaje que trasciende el uso
curricular de los dispositivos y que admite las instancias de creación de conocimiento que
se originan en otros contextos que no son los formales.

Lo que se demanda al contexto educativo es, quizás, que las mejoras estructurales en la
formación docente no se remitan solamente a la incorporación de un nuevo dispositivo
tecnológico sino a un conjunto de cambios en las prácticas pedagógicas que permitan
entender mejor cómo enseñar y cómo aprender con tecnología para luego comprender
cómo inciden los ambientes y contextos donde ocurren estos procesos del sistema
educativo.
La llegada e intromisión de los dispositivos tecnológicos en el aula, la disponibilidad de las
pantallas individuales y su conexión en red, deberían impulsar una redefinición del aula
como territorio pedagógico.
El impacto de las tecnologías digitales, las computadoras y
otros recursos hacen difícil mantener en la actualidad una enseñanza frontal, simultánea y
homogénea dado que el entorno tecnológico propone todo lo contrario, priorizando la
fragmentación atencional y los trayectos individualizados atendiendo a cada uno de los
usuarios. Dussel (2010) plantea que “hay un quiebre con la secuencia y linealidad que
imponía el orden de la clase simultánea, basada en materiales impresos como el libro de
texto, y una apertura a otro tipo de organización más personalizada”